"con él volvió el ambiente de El Paralelo"
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Murió el 1 de marzo del año pasado. Pepe fue tan gran payaso, como persona. Le vi actuar por primera vez en 1983, en las fiestas del Corpus de Cornellà. Entonces se trataba de un desconocido, pero apostamos por él… ¡y acertamos!. Era un exponente brillante de la Catalunya nueva, en la que ese actor y creador se alimentaba de las vivencias periféricas y consideraba el idioma como un medio para comunicarse, sin darle más connotaciones.
En Catalunya, que usara habitualmente el castellano hizo que los gobiernos nacionalistas le orillaran; en España, su catalanidad enardeció a los ultranacionalistas de la otra orilla, que se cebaran en él. Cuesta mucho ser catalán y universal; ser cosmopolita y autóctono. Para los nacionalismos o estás a un lado o estás en el otro, no hay matices en gris, todo es blanco o es negro.
Pero la grandeza de Rubianes ha radicado en que su público ha sido tan mayoritario como plural, evidenciando que la Catalunya real dista muchísimo de la que muchos quieren imponer. Gentes de orígenes e ideologías distintas han disfrutado por igual con el maestro que se fue. Si antaño el público popular optaba por Joan Capri o Paco Martínez Soria, según el lugar de nacimiento y el habla; con Rubianes esto terminó: los dos públicos fueron su público, como también lo fue el de El Molino y el de Las Chicas Alegres de Colsada; quizá fue ese su principal mérito: ¡ojalá haga escuela! Con él, volvió el ambiente de El Paralelo.
La Factoria
Carlos Navales