Familia Campo-Vidal
Miguel Salas

Desde el momento que supe, que vendríais hoy a Almeda a celebrar el 50 aniversario de vuestra llegada al barrio, pensé en daros una sorpresa, reuniéndonos unos cuantos amigos que queríamos compartir con vosotros un rato de este día.
Volvernos a encontrarnos en Almeda, después de bastantes años, más mayores, con el recuerdo puesto en aquellos años que pasamos juntos, con cada uno de los miembros de la familia Campo-Vidal, según la generación, ó en las diferentes etapas vividas en el barrio, estudiando, trabajando, en el Centro Social, jugando al futbol, en bicicleta, en el bar Joaquín, en la tienda del Juan ó de la Lucrecia ó en la esquina de la panadería.
Tiene algo este barrio, nos quedó poso ó tal vez mucho lodo.
Entre el barro de las inundaciones, las fabricas, manifestaciones, las huelgas, las fiestas en la pista, las excursiones en autocar…
Y los triunfos, los éxitos…el autobús, el parque Can Mercader, la canalización… “fueron años duros pero bonitos” decía Manuel Campo (padre) en el libro ( Almeda Temps de LLuita i de Progrés )…Años vividos con intensidad, con una relación personal fantástica que hicieron de nosotros considerar la amistad, la solidaridad, la convivencia… valores fundamentales en las relaciones humanas.
Y por eso estamos hoy aquí, para deciros que estamos encantados de haberos conocido, que muchos de nosotros, también formamos parte de la inmigración de la década de los sesenta, siguiendo a algún paisano, pariente o familiar cercano que se había adelantado.
Gracias por haber venido a vivir a Almeda, sin duda fue un acierto, los hijos salieron adelante y los padres debéis sentiros orgullosos.
Sra. Mª Teresa, las mujeres salen poco en los papeles…permitidme una referencia especial a una madre, que es capaz de preparar tres comidas cada día para seis personas y cuatro meriendas, hacer la compra, lavadoras, fregar platos, planchar…y siempre, siempre ser una mujer encantadora.
¡Cuántos méritos de las madres, tan pocas veces reconocidos!
Gracias por haber venido a vivir a Almeda, el barrio no hubiese sido el mismo sin vosotros y las personas tampoco seríamos igual. Yo no podría decir que sois unos de mis mejores amigos.
Los años pasan y la vida continúa, hoy podemos contemplar este barrio sin muchos de nosotros viviendo en él, como se ha transformado, la modernidad, la globalización… Es evidente que ofrece mejor aspecto y tal vez mejor calidad de vida.
¡Ojala, que se mantenga la calidad, en la relación personal entre sus gentes!

¡OS QUEREMOS!

Almeda- Cornella, 20 de marzo de 2010

Gracias a todos

Queridos amigos de Almeda, muchas gracias a todos por las muestras de cariño recibidas ayer junto a los antiguos colegios del barrio. Mis padres todavía se están recuperando del baño de simpatía y afecto que les regalasteis. Nunca había visto llorar a mi padre y ayer, poco más echa unas lagrimitas. Conseguisteis emocionarlo, y eso que siempre ha ido de hombre duro.

Como dije en mi breve discurso como “telonero” de mis hermanos: la historia de nuestra familia es parecida a la de tantos miles de familias que llegaron a Catalunya desde otras partes de España. Se habló que 2 millones de personas que vinimos en los años sesenta.

El acto de ayer fue en realidad un homenaje a aquellos cientos de miles de hombres y mujeres que decidieron tomar el riesgo de emigrar para conseguir una vida mejor para sus familias. Pero creo que las circunstancias de nuestro barrio fueron algo especiales, “mágicas”, como decía el Nani Riera. Se dieron un conjunto de factores que nos hicieron solidarios con los problemas del barrio y con los problemas de nuestros vecinos. Nos integramos muy bien con los que ya vivían en el barrio antes de nuestra llegada masiva (140 familias de golpe, de diferentes regiones y desconocidas entre ellas), nos acogieron estupendamente. De ahí nació la solidaridad y pudimos convertir aquello que era un barrio de agujeros, poca luz y bastante pobreza, en un barrio más digno con servicios y mejor aspecto, pero sobretodo con una calidad humana fantástica.

El día de las inundaciones y los dramáticos días posteriores pudimos vivir episodios de ayuda solidaria entre vecinos. Los que vivían en planta baja habían perdido todo…todo, y los que no fuimos tan afectados nos volcamos en su ayuda y defensa. Fue impresionante también la fuerza de aquellas familias para recuperarse, algunos de ellos estaban con nosotros ayer…un día feliz para todos, gracias por vuestra generosidad.
No puedo olvidar a aquellos seres queridos: familiares, amigos, compañeros, vecinos y conocidos que convivieron con nosotros aquellos años y nos han dejado…les envío mi recuerdo emocionado.


Luis Campo Vidal

Almeda- Cornella, 21 de marzo de 2010